Cinco de la madrugada
¡Oh mi reina de los montes!
que tienes ocho condes
y en realidad todos van de aquí para allá.
Un, dos, tres, que no te lo crees.
Cuatro, cinco y seis, que caminan al revés.
Siete y ocho son los más tontos.
¡Oh mi reina de los montes
que tienes ocho condes!
Todos te han dejado porque les has llamado pobres.
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